“Los fascistas se mueven”, destacan los luchadores internacionalistas a través de internet, denunciando una nueva y bizarra campaña en contra de quienes han luchado por el bien de su patria y que en ella son, paradójicamente, acusados de lo contrario. Para empezar, el juez español Baltazar Garzón es señalado por el Tribunal de su país por haber perseguido y condenado los crímenes cometidos durante la dictadura de Francisco Franco. Al tiempo, la senadora Piedad Córdoba, pretende ser enjuiciada de “traición a la patria”, por su trabajo a favor de la paz en Colombia, en donde ha servido de vínculo entre la guerrilla de las FARC, la sociedad civil, y el Gobierno de ese país. En México los casos son indistintos. Mientras la Secretaría de Gobernación aminora los casos de sacerdotes pederastas, persigue y censura a los críticos de su fallida guerra al narco por los muertos inocentes que ha generado. El fascismo es una realidad, y es la expresión extrema de la violencia política; y a ese sitio nos quieren llevar, peligrosamente, a través de los tribunales.