ALBERTO BUITRE – El capitalismo español necesitaba un rey limpio para poder salvar su sistema y sus beneficios. Por eso sacrificaron a Juan Carlos de Borbón, un rey enfermo y ensuciado de corrupción. Sin embargo, ante la mayoría de españoles y españolas que claman por el fin de la monarquía, los grandes oligarcas de España no dudarían en aceptar el referéndum que diera con el fin prematuro de Felipe VI, su hijo, con tal de preservar el marco de ganancia y explotación. Sin embargo, está claro que el simple fin de la familia real no solucionaría los problemas del país que enfrenta una depreciación de su economía desde el año 2007. Hace falta una contestación sistémica a la crisis. Una salida real. Esto es lo que opina Carmelo Suárez, presidente del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de los Pueblos de España, quien en entrevista con este bloguero, desmenuza las cuestiones del crítico trance español, y los esfuerzos desesperados de sus sistema por salvarse a sí mismo.
Camarada Carmelo, muchas gracias por responder a esta entrevista. Cuéntanos ¿Qué hay con la abdicación de Juan Carlos de Borbón y qué relación tiene esto con la actual crisis económica, política y social en España?
La abdicación de Juan Carlos de Borbón es un primer movimiento de las clases dominantes en España ante la profunda crisis institucional que está generando la continuidad de la crisis capitalista que estalla en el verano del 2007. Esta crisis institucional afecta a la monarquía que enfrenta el descrédito. Afecta al sistema de partidos políticos que tienen un descredito muy vinculado al tema de la corrupción de los partidos de la burguesía; afecta al sistema judicial, también muy desacreditado por numerosos escándalos; afecta a la unidad territorial del Estado con la emergencia de ciertas posiciones nacionalistas, especialmente Cataluña que confronta con el Estado español a ciertos sectores de la burguesía catalana frente a la crisis capitalista en España, por las consecuencias que para esta burguesía catalana tiene. Es decir, hay una crisis que afecta de una manera generaliza a distintos aparados del Estado. Esa crisis tiene su expresión en el resultado de las elecciones al Parlamento europeo, pero no es necesariamente el resultado de esas elecciones lo que motiva esto. Evidentemente que esa abdicación estaba ya preparada desde hace tiempo atrás. Quizá se ha producido de una manera precipitada en el último momento, pero, esencialmente, lo que está tratando el bloque de las clases dominantes en España es cambiar determinados aspectos de su sistema de dominación para tratar de crear un nuevo consenso social que legitime al sistema capitalista. Aquí le estamos llamando a esa operación, un intento por hacer una “segunda transición”. La primera transición le llamados a aquel proceso después de la muerte de Franco para traspasar la forma del Estado al sistema de la monarquía parlamentaria. En ese momento se concitan todas las fuerzas políticas del país para acordar con la burguesía esta primera transición, entre ellos el Partido Eurocomunista de España, el antiguo PCE. Y ese pacto de transición le permitió a las clases dominantes de este país mantener su hegemonía durante todos estos 35 años. Agotado ese periodo, producto de la crisis capitalista, del mismo envejecimiento del sistema, en estos momentos, las clases dominantes, conscientes de la dificultad que tienen para legitimar su hegemonía, que tratan de poner en marcha una segunda transición de la cual, un primer paso, es esta abdicación de Juan Carlos de Borbón en su hijo Felipe.
¿Por qué ahora se da esta transición? Vamos, se entienden las razones de la crisis, de un sistema que pretende salvarse a sí mismo, pero ¿qué papel juega en todo esto la llegada de Felipe y la abdicación de Juan Carlos, cuando parecería que pudo haber esperado un poco más?
Aquí la duda es si efectivamente podía haber esperado un poco más o quizá tenía que haberlo hecho antes de que se produjera el tan alto grado de deterioro de la figura del jefe del Estado. Seguramente en las clases dominantes hay ciertos forcejeos sobre en qué momento dar los pasos. Quizá ahí se ha apurado la situación porque, hipotéticamente, esta situación hasta se pudo haber resuelto con el fallecimiento de un rey con muchos problemas de salud, ya que en los últimos años que ha pasado por numerosas intervenciones quirúrgicas. Por lo tanto, ahí tenían que estar viendo si las cosas se resolvían de una manera natural, lo que hubiera sido seguramente lo ideal. O finalmente han tenido que tomar esta decisión, cuando entienden que se le van acumulando los problemas y estos adquieren una dimensión mayor. Es el hecho de una pérdida de 5 millones de votos por parte del PSOE y el PP en estas elecciones europeas. Esto es algo que lo constata de manera inmediata aunque seguramente ese dato ya lo tendría antes: que esta pérdida masiva de votos se iba a producir. Hay que entender que siempre funcionó muy bien en todo este periodo de la primera transición el bipartidismo PSOE-PP. Solían sumar el 80 por ciento de los votos totales que se emitían en cualquier proceso electoral. Eso le daba una enorme estabilidad al sistema. Pero en esta ocasión, la suma de los votos PSOE-PP se ha quedado por debajo del 50 por ciento. O sea, hay un deterioro muy alto de la legitimidad de los partidos que a través del bipartidismo han estado sosteniendo a las clases dominantes de este país. Un proceso que se toca en algo, como podríamos decir la situación de Grecia, donde el PASOK se desmorona por completo y da lugar a una nueva forma de reformismo, de socialdemocracia, con la aparición de Syriza como fuerza de relevo. En el caso del Estado español se suma que las monarquías tienen un nivel de cuestionamiento en cuanto la forma de Estado que imponen en los últimos años. Hay una línea de continuidad entre la dictadura de Franco y la monarquía parlamentaria de Juan Carlos de Borbón, por lo que ellos necesitan dar el cambio. Supuestamente a un rey joven como lo es Felipe, hasta ahora limpio de corrupción y con él empezar a abrir un proceso, no como la única medida sino como el primer paso, hacia una segunda transición a la cual seguramente habrá una reforma a la constitución española, habrá una reforma de la ley de partidos, habrá una reforma en relación a los derechos de la clase obrera, derecho de huelga, etcétera; es decir, va a venir todo un paquete de medidas donde las clases dominantes, bajo la aureola del relevo a un rey nuevo , un rey limpio, buscarían le legitimidad para realizar una serie de cambios fundamentales que el capitalismo español necesita con urgencia. Cambios que tienen como finalidad mantener la legitimación de las clases dominantes y conseguir un nuevo marco de relaciones entre capital y trabajo que facilite el nivel de explotación superior de la clase obrera que el capitalismo español necesita. Hay que decir que las condiciones de empobrecimiento de la clase obrera desde 2007 hasta hoy, son brutales. La depreciación de los salarios es una cosa espectacular, la liquidación del derecho laboral de la negociación colectiva, la inestabilidad de el puesto de trabajo, el abaratamiento del despido y toda una serie de medidas tomadas en estos años. Tatarán, esta segunda transición, de darle toda una estructura de un nuevo marco legal, jurídico, en el que ellos coloquen a la clase obrera en condiciones todavía más extremas de explotación y de su auténtica esclavización. Realmente estamos ante un nuevo tránsito de la dominación de la burguesía en España.
UN NUEVO MARCO DE EXPLOTACIÓN, INCLUYENDO AUTONOMÍA A CATALUÑA
¿Qué clase de medidas se impondrían en este nuevo marco de relaciones entre capital y trabajo para la sobreexplotación, aún más, de la clase obrera en España?
Aquí hay un tema fundamental que es el carácter plurinacional del Estado español. Es un proceso histórico de la España que no supo resolver la burguesía históricamente, como sí se resolvió en Francia, en Alemania. Como consecuencia de eso, aparecen en España unas contradicciones cíclicas entre la burguesía centralista y determinadas burguesías periféricas. Es decir, burguesías nacionalistas como la burguesía catalana y la burguesía vasca. Que además, la burguesía catalana se expresa de forma más directa y podrías estar ante una reforma constitucional que pudiera consolidar un cierto carácter federal del Estado para tratar de crear un nuevo marco de relaciones entre esa burguesía periférica y el bloque oligárquico burgués español…
O sea darles gusto a estas burguesías vasca y catalana. Pero sería como un placebo…
Sí, haciendo un cierto pacto fiscal, ciertas concesiones en cuanto a competencias que el Estado delegaría en la autonomía catalana, en la autonomía vasca, y por tanto un nuevo pacto, un nuevo acuerdo, un nuevo consenso. Ese tema, por tanto, es uno de los más importantes.
Pero de carácter económico, simplemente…
De carácter económico, ese es el que importa, aunque eso tendría algunas formalidades políticas de lo que podría ser un cierto carácter Federal de ese Estado. Ese sería el objetivo fundamental de la reforma a la Constitución. Pero luego estaría esto último que es la crisis de la institucionalidad burguesa que es legitimar un nuevo marco de explotación y dominación de la clase obrera. Ahí veríamos la liberalización absoluta de la relación capital-trabajo, en la cual desaparecería todo el derecho a la negociación colectiva, quedaría individualizada la relación capital-trabajo entre cada trabajador o trabajadora y la patronal, no amparado por un convenio colectivo que garantice unos derechos mínimos por sector o por rama, que es lo que había hasta hace poco. Y el abaratamiento del despido, prácticamente el despido libre y gratuito, que se ha ido rebajando en estos años cuando se ha pasado de un despido con un derecho de indemnización de hasta 48 meses a una situación en la que se ha ido limitando a 12 meses máximo, aunque se lleven muchos años trabajando, donde la patronal paga una parte de esos 12 meses y hay un fondo salarial creado con fondos de los trabajadores que asumiría el resto del despido. Es decir, hay un proceso que trata de ir a impulsar con enorme fuerza el abaratamiento del precio de la fuerza de trabajo. Ese es el único medio flexible que tiene esta crisis capitalista. Y a partir de ese abaratamiento extremo de la fuerza de trabajo, conseguir remontar, aunque se transitoriamente, la tasa de ganancia y por tanto poder recuperar el proceso de acumulación ampliada de capital. Esa es la esencia. Que si la burguesía resuelve una serie de elementos políticos, formales, de legitimización, pero, no consigue aumentar la tasa de explotación de la clase obrera; es decir, reducir la fuerza de trabajo, al final no habrá resuelto nada. Al final, toda la batalla es por tratar de recomponer el ciclo de reproducción ampliada del capital. De ahí es fundamental conseguir consensos donde aparecerían las organizaciones políticas oportunistas y donde aparecerían los grandes sindicatos, Comisiones Obreras y UGT, que siempre han participado en los consensos de la primera transición y que, ahora, en esta coyuntura concreta, con el relevo de Juan Carlos a Felipe, se mantienen absolutamente en silencio, expresando una posición, ellos dicen, de respeto, en una posición de complicidad, cuando la clase obrera de una manera significativa se está echando a la calle a exigir la proclamación de una República. Por tanto, la participación de estos sindicatos en el nuevo consenso de la segunda transición se convierte en un elemento fundamental en la intención de mantener a la clase obrera más sojuzgada, más oprimida.
Entonces, estamos hablando de una reforma de carácter laboral, liquidación de derechos de los sindicatos…
Pero a un rango muy superior. Porque reforma laboral a lo largo de estos años se han hecho varias y muy lesivas para los trabajadores. Ahora se trata de elevar eso a una categoría de derecho de Estado para que la burguesía no tenga que estar negociando nuevas condiciones en las relaciones capital-trabajo, sino consolidar unas de mayor ventaja para el capital.
La liquidación de los sindicatos, básicamente.
La asimilación total de los sindicatos, sí. Otra de las características de estos últimos años ha sido un ataque permanente contra los sindicatos, contra la sindicación de los trabajadores y trabajadoras, como mecanismo para desarmar la capacidad de organización de la clase obrera
Pero mucho más contra los sindicatos críticos, revolucionarios…
Claro, mucho más contra los sindicatos revolucionarios. Pero en general, contra todo lo que sea un elemento de organización de clase obrera. Y ahí el sindicato es una figura esencial y no le vale ni los sindicatos más domesticados. El ataque tiene la intención de llevar la relación capital-trabajo a un carácter individual, fuera de toda capacidad o estructura organizativa.
‘PODEMOS’ Y LOS ESFUERZOS DEL ESTADO POR DESMOVILIZAR A LA CLASE OBRERA
En ese sentido, ¿cómo se expresa en la crisis que vive España los resultados de las recientes elecciones europeas, con la baja del bipartidismo PSOE-PP y la entrada de una figura emergente como Podemos?
En los últimos años de esta crisis capitalista en España se han dado diversos movimientos que, nosotros como Partido Comunista de los Pueblos de España, hemos analizado como movimientos que no son ajenos a las estructuras del poder y que buscan aflojar la presión de una olla que si no se le afloja puede tener un estallido peligroso. En su momento fue el 15-M, el movimiento este de las plazas que también se dio en otros países. Y este 15-M trató de tener otras reediciones en otros movimientos puntuales que fueron de duración más corta y mucho más localizados. Y ahora aparece esta opción nueva que es PODEMOS que ha rebasado todas las expectativas, inclusive las de su propio protagonista (Pablo Iglesias), que en la fase previa a las elecciones podían estar hablando muy optimistas de obtener entre uno y tres eurodiputados, obteniendo finalmente cinco. La cuestión está en que aquí nosotros tenemos qué ver que todas esas operaciones que desde el poder se hacen para tratar de amortiguar las contradicciones de clase, las revueltas populares, la contestación social a la forma en cómo el capitalismo gestiona la crisis y hacer cargar sobre la clase obrera todo el peso de esta crisis. En el escenario de las elecciones, ya se sabía de una perdida muy importante de votos para las opciones del bipartidismo, el PSOE y el PP, y el riesgo que para el poder suponía que el voto del descontento se orientara hacia posiciones de mayor confrontación con el sistema. Claro, la aparición de un partido tan ambiguo, tan difuso, sin programa político, prácticamente, con tres o cuatro lemas muy elementales, casi de cómic, hablando de la ‘gente’ no de los trabajadores, hablando de la ‘casta’ refiriéndose a todos los partidos políticos burgueses, en una especie de bueno y el malo; es decir, un discurso y una escenografía muy cercano a la simplicidad del cómic. Con una enorme presencia mediática por parte de las grandes oligarquías mediáticas de este país, publicitando a alguien absolutamente desconocido de una manera sistemática en las horas punta y en las primeras páginas, ofreciéndole como un nuevo dirigente, como una nueva alternativa al descontento social. Evidentemente eso se trabajó. ¿Cuánto se trabajó esa situación por parte de los aparatos del Estado o no? Esas cosas son difíciles de saber. Pero que ese tipo de apoyos se dieron, es claro. Además de la operación, hay que decir, que dan este tipo de resultados. Porque con la aparición de este partido mediático es que el voto del descontento viaja hacia una posición de absoluta ambigüedad, donde no hay ninguna posición de confrontación de clase, donde no hay ninguna posición de búsqueda de la vía socialista y el poder obrero, sino un ambiguo y difuso discurso en relación a la gente como categoría del sujeto político y hacia un concepto de democracia liberal. Con eso se consigue que el descontento viaje hacia un proyecto muy hueco; se evita que, quien ha sido el beneficiario principal de esta situación, que pudiera haber sido Izquierda Unida, pudiera haber tenido un crecimiento mayor que, se quiera o no se quiera, Izquierda Unida con todo y sus posiciones reformistas, es una fuerza más organizada; y se evita que se ese voto fuera a la fuerza revolucionaria que es el Partido Comunista de los Pueblos de España. Nosotros, en nuestras cifras limitadas, conseguimos ir al doble de votos, pero somos conscientes que la no opción mediática de este tipo nos habría permitido un crecimiento mayor de nuestros votos. En general, le asegura a las clases dominantes que en un escenario de su representación política más genuina no emerja una representación política contestataria el sistema, sino una contestación política inofensiva.
¿Qué otros esfuerzos usted encuentras por desmovilizar a la clase trabajadora, por tratar de alienarla y no represente un riesgo para el sistema?
Ahora mismo estamos en el inicio del proceso de la segunda transición. Si consigue la burguesía que eso sea así, aparece el relevo en la jefatura del Estado y aparecen estas fuerzas políticas difusas y se trata de empezar a creer que está algo cambiando en la institucionalidad del Estado español. Habrá otros procesos de cambio, seguramente esa reforma a la Constitución, otros procesos que van a afectar a los servicios sociales y al precio de la fuerza de trabajo. Y hay un intento de que la Unión Europea sea el elemento que vaya resolviendo en un nivel superior de la súper estructura los elementos que, a la súper estructura española, le resulta más difícil gestionar en el marco del Estado. Es decir, ahora mismo hay algunos pasos que se van dando desde la Unión Europea para ir asumiendo algunas competencias desde el punto de vista económico, fiscal, tributaria, de tal manera que el Estado español no tiene que enfrentar esos nuevos cambios, esas nuevas restricciones a la clase obrera y los sectores populares, sino que aparece Bruselas y desde ese ámbito ir operando los cambios que a la burguesía española tiene más complicación para implementar. Esas líneas hacen referencia a la condición imperialista de España y de la misma Unión Europea en lo que se refiere al saqueo de otros países y extracción de capitales. Y en lo que se refiere a la inversión militar, donde se fuerza a los miembros de la Unión Europea a aumentar el gasto militar, establecer coordinaciones de sus cuerpos represivos, policía y servicio de espionaje, y la participación en la guerra imperialista de saqueo y espolio, como se está haciendo hoy en Africa, en Ucrania, la guerra que se desata en Mali encabezada por el socialdemócrata Hollande, la guerra en la República Centroafricana, la intervención en el Líbano. Todo ese paquete repartido por la Unión Europa por un lado y el Estado-Nación por el otro, tratan de configurar la dominación de la clase obrera en el nuevo marco de la crisis capitalista. Que si esto se diera, es decir, que la clase obrera no resistiera ni diera el ataque contra esas posiciones, quedaría en un estado de explotación, opresión y miseria absolutamente extrema. La clase obrera no puede permitirse el no dar una enorme batalla con enorme fuerza contra todas estas estrategias del capitalismo, contra esta segunda transición, no cayendo en la trampa como caen la mayoría de las fuerzas oportunistas de reclamar una República burguesa, y colocar en el programa actual de lucha de la clase obrera el programa que corresponde al proceso de agudización y contradicción entre las clases que, en cuanto a lo que el PCPE define, pasa por la República Socialista de carácter confederal. Asumir el tema de la resolución del carácter plurinacional del Estado-Nación, y por el poder obrero. En este instante la clase obrera no debe ser distraída por organizaciones de carácter oportunista que las conducen por caminos que no la llevan a ningún lado, que las entretienen en esas ilusiones, y que es un tiempo precioso que la clase obrera hoy no puede desperdiciar.
“PARA SALVARSE, EL CAPITALISMO ES CAPAZ HASTA DE SACRIFICAR LA MONARQUÍA”
En la declaración del Partido Comunista de los Pueblos del España respecto a la abdicación de Juan Carlos de Borbón hacen dos referencias. La primera, dicen, “la salida no es el referéndum” ¿Podría ampliar esta idea?
Hay un movimiento de las fuerzas reformistas de pedir un referéndum. De manera muy limitada, un referéndum en el que se elija entre monarquía y Republica, pero dentro del capitalismo sin caracterizar la Republica de ninguna otra manera. Esta elección no es una que transforme en lo absoluto la situación de la clase obrera y es una que puede ser aceptada o asumida por la burguesía en el momento que le parezca convenientes; es decir, siempre que una u otra forma de Estado, ya sea la Monarquía Parlamentaria o la República Burguesa, le permita la continuidad de su sistema de explotación y dominación. Por lo tanto, en ese momento, la clase obrera no está en esa disyuntiva de que la burguesía cambie la forma de Estado. Esto no afecta a la clase obrera, Hipotéticamente, si se diera ese referéndum, evidentemente que la opción de la República es mejor que el de la Monarquía, pero eso no cambia la esencia del carácter de clase del Estado. Un referéndum puede ser convocado en cualquier momento, en cuanto la crisis de las clases dominantes se agudizará más. En ese momento se podría hacer necesario el sacrificio de Felipe VI y se pasa a la vía republicana donde la misma oligarquía española seguiría como la clase dominante de este país. Eso no cambia en absoluto la situación de la clase obrera.
O sea que, el capitalismo sería capaz de sacrificar la monarquía con tal de salvarse a sí mismo.
Exactamente Ahí tenemos que Francia es una Republica, Italia es una República, Alemania es una Republica y en todas ellas, las clases dominantes burguesas están consolidadas y manteniendo a la clase obrera en la misma situación de explotación. Ahora, aquí en España hay un hecho histórico, un episodio heroico que fue la proclamación de la II Republica y la proclamación contra el fascismo. Esto está en la mitología de todas esa posiciones; pero evidentemente que no estamos hablando en estos momentos de lo que fue o pudo llegar a ser la II Republica Española, sino sencillamente un cambio dentro del carácter capitalista del Estado a la forma republicana. Además que ese referéndum convocado desde el poder, lógicamente se instrumentaliza desde el poder. Ya tuvimos en España el referéndum de la OTAN , que se conquistó producto de una lucha popular extraordinaria, pero que ese referéndum, en vez de convocarse para salir de la OTAN, lo convoca Felipe González al final para dejar al país dentro de la OTAN, y se maniobró ese referéndum para manipular una opinión que era evidentemente contraria a la entrada de España a la OTAN, para hacerla favorable a la entrada de España a la OTAN, con lo cual, la burguesía, se encuentra legitimada que la entrada de España a la OTAN fue decidida por una mayoría del pueblo español. No queremos entrar en una nueva trampa. Si la burguesía convoca a ese referéndum, lo va a convocar para revalidarse y legitimarse como clase dominante en este país.
Entonces, podría votarse el referéndum, podría salir el rey y la monarquía, pero el estado de cosas no cambiaría para España…
Claro, y de ahí el pragmatismo de que hago que algo cambie para que todo siga igual. Por supuesto que eso la burguesía lo tiene claramente asumido. De hecho hay sectores de la burguesía que española que son sectores de la burguesía republicana. Evidentemente que no tienen hoy una especial fuerza, pero son sectores de la burguesía que son republicanos, pero que a la clase obrera no va a resolverles absolutamente nada.
AUTONOMÍAS Y REPÚBLICA SOCIALISTA PARA ESPAÑA
La opción del PCPE, de la clase obrera, de los revolucionarios españoles, es la República Socialista para España…
Efectivamente. Nosotros definimos la época, como la época de transición del capitalismo al socialismo. El capitalismo en general, pero el capitalismo español, no tiene ya ninguna capacidad de resolver nada a la clase obrera; no tiene capacidad de hacer concesiones porque su grado de agotamiento histórico es ya extremo, y sólo puede aumentar más la explotación de la clase obrera. Pero en ningún caso ya tiene la posibilidad de ceder una parte del excedente a la clase obrera para resolver los problemas sociales. En estos momentos, la crisis bancaria que sigue existiendo en España es una expresión; la bajada de tasas de intereses que la semana pasada realizó el Banco Central Europeo, que casi ya vamos a llegar al 0% de interés como en el Japón, son expresión de ese grado de agotamiento capitalista que sigue realizando un tremendo expolio a la clase obrera. El año pasado, la banca se quedó con 50 mil viviendas más que arrebató a las familias obreras, cuando no pudieron hacer efectivas las cuotas de las hipotecas. Esa es una cantidad ingente de capital que los bancos le roban a las familias obreras que, por citar unas cifras, el año pasado fue en torno a unos 8 mil millones de euros lo que valdrían esas 50 mil viviendas. Se está haciendo una transferencia de la propiedad de la clase obrera a la propiedad de los grandes capitalistas absolutamente descomunal, absolutamente gigantesca, que se expresa también en otros niveles de la distribución de la riqueza. Entonces esa situación coloca al capitalismo español ante la imposibilidad práctica de darle a la clase obrera las más mínimas concesiones, lo cual le llevará a buscar un mayor grado de explotación. Una clase obrera de altísimo desarrollo como fuerza productiva que podría resolver los grandes problemas fundamentales que tiene este país, pero que dentro del sistema capitalista no pueden expandirse ni desarrollarse en toda su capacidad de producción, y sólo pasando a la sociedad socialista estas fuerzas productivas tendrían un desarrollo mucho más abierto y por tanto la capacidad de ofrecer a la clase obrera y los sectores populares mucho mejores condiciones de vida.
¿Qué significa el carácter confederal que se propone el PCPE a la Republica Socialista en España?
El tema del carácter confederal que el octavo congreso aprobó el Partido Comunista de los Pueblos de España como propuesta de forma de Estado, responde a ese elemento histórico pendiente de resolver el carácter plurinacional del Estado. La aspiración del PCPE es convertir a la clase obrera en el conjunto del Estado, en clase nacional en el poder. Pero para eso hay que transitar en resolver el carácter plurinacional del Estado que tiene raíces históricas y que la burguesía nunca fue capaz de resolver por su incapacidad y la inutilidad de su sistema político, económico. Cualquier proyecto de reconstrucción de la sociedad en España tendrá que resolver ese carácter plurinacional del Estado. Nosotros entendemos las realidades nacionales desde el punto de vista de Marx como realidades que tienen un determinado origen, que tienen un determinado desarrollo y que terminan resolviéndose en una instancia superior. Evidentemente es un proceso que a priori no está determinada la duración de su desarrollo y que determinadas situaciones históricas revolucionarias pueden llevar a desarrollo en periodos cortos de tiempo. Pero ese proceso se tiene que dar. Y por tanto nosotros queremos que quienes se sienten clase obrera catalana, o vasca, gallega o canaria, entiendan que sus aspiraciones desde el punto de vista de que se desarrollen como pueblo y acceder a un nivel de sociedad superior, evidentemente van a ser protagonistas de esa decisión en el marco de sus propias nacionalidades. Esto es un elemento muy importante en la medida que la vanguardia revolucionaria reconozca que en España hay que actuar con ese pacto histórico e irresoluto por parte de la burguesía. Nosotros conseguimos un reconocimiento a nuestra propuesta de Estado y evidentemente en el proceso de la toma del poder, en el proceso de construcción de la sociedad socialista será el momento idóneo en el que las realidades nacionales del Estado Español se puedan resolver en la construcción superior, que sería la construcción de la constitución de la clase obrera como clase nacional en el poder, como una sola clase obrera en el poder.
No una conformación plurinacional como lo proponen, y corrígeme si estoy mal, Artur Mas en Cataluña…
O las organizaciones oportunistas que tienen su órgano de organización central como un comité federal. Es decir, el PCPE tiene un organismo único de carácter centralizado basado en el centralismo democrático y un proyecto de Estado sustentado en el centralismo democrático. Efectivamente, la burguesía nacionalista tiene su propuesta de llevar a la clase obrera detrás de sus aspiraciones como clase burguesa en la realidad del Estado plurinacional. Pero tampoco las opciones del oportunismo que no saben, no tienen, un plan para resolver dialécticamente en una instancia superior esa división que afecta de manera subjetiva a la unidad de la clase obrera y constituirla dialécticamente en una unidad superior producto del ascenso de la clase obrera al poder. He ahí la gran diferencia. Hoy en día decimos que en Cataluña, es decir, la burguesía catalana, que es una de las burguesías más explotadoras, que más ha privatizado, que más ha cargado sobre las espaldas de la clase obrera las consecuencias de la crisis poniendo, incluso, condiciones fiscales en el tema de la sanidad, de determinados consumos sociales, ha conseguido mediante ese discurso engañoso del nacionalismo poner a la clase obrera detrás de la burguesía y evitar las contradicciones de clase que se dan en el marco de la crisis capitalista. Pareciera ser que solo la cuestión nacional es el único factor importante y que eso unifica al proletariado y a la burguesía. Y esa es la gran trampa, la maniobra que está realizando Mas hoy en Cataluña.
Una maniobra que parece que funciona, al menos mediáticamente, porque resulta que al resto del mundo le llama la atención que se hable del nacionalismo catalán, de su independencia, o del País Vasco, respecto a Madrid, pero nadie habla de esto que tu mencionas. Parecería que se habla solo del nacionalismo sin que se cuestione nada más.
Esto se corresponde con ciertos estamentos de la burguesía que no forman parte de la burguesía monopolista, que no están incorporados al bloque oligárquico y que desde su posición atrasada en el desarrollo capitalista, esa pequeña y mediana burguesía se siente perjudicada por el avance de los monopolios de la Unión Europea. Eso es en buena medida lo que pasa con el avance de la ultraderecha en Francia y otros países de la Unión Europa. Son sectores de la burguesía no monopolista que se sienta perjudicada por el avance arrasador del capital monopolista y que entonces buscan expresiones de un ámbito nacional inferior para tratar de mantener un cierto marco de acumulación de capitales que no sea invadido por el capital monopolista. Eso es en buena medida lo que está operando en Cataluña. Son más sectores de la mediana y pequeña burguesía; que no la burguesía monopolista catalana en donde no arraigan esas posiciones independentistas. Y tienen su soporte en Esquerra Republicana de Cataluña que sí agrupa a esos sectores de la mediana y de la pequeña burguesía.
AVANZA EL FASCISMO EN EUROPA
Camarada, antes de pasar a lo que están haciendo los comunistas en los pueblos de España respecto a esta segunda transición y esta nueva embestida de los capitales, quisiera saber tu posición respecto a los resultados de las elecciones europeas, donde parece ser que cobran mayor fuerza las visiones fascistas, grupos de ultraderecha están ganando posiciones de manera preocupante ante el fracaso de la burguesía ¿Qué pasa en ese sentido, tú que estás viviendo y enfrentando esta situación?
Bueno, nosotros lo analizamos dentro de ese marco de contradicciones que se dan en el desarrollo del proyecto imperialista de la Unión Europea. Nosotros definimos a la Unión Europea como un proyecto interestatal de carácter imperialista. Es decir, contra las visiones que pretenden trasladar que todo el proyecto de la Unión Europea como que es un proyecto dirigido por Alemania y que todos los demás obedecen. Realmente esa es una visión muy errónea de lo que es el proyecto del imperialismo de la Unión Europea, que es el proyecto de los sectores oligárquicos de los distintos países de la Unión Europea; de España, de Portugal, de Francia, Grecia, etcétera. Claro, dentro del capitalismo de cada país existen fracciones de la burguesía que no forman parte de la oligarquía, que no forman parte del gran capital monopolista y que en esa operación de alianza entre grandes oligarquías de los distintos Estados, salen perjudicados. Francia es una de esas sociedades que tiene todavía un nivel de vertebración de fracciones importantes de la pequeña y mediana burguesía. Claro, eso con un discurso populista de ‘En Francia podemos trabajar todos, incluso la gente que está en paro, si echamos a todos los migrantes’, un discurso simplón y sin rigor económico ninguno, calan en ciertos sectores de la aristocracia obrera y ciertos sectores desclasados de la clase obrera y consiguen ese tipo de apoyos. Para ciertos sectores del capital, siempre el discurso hacia el fascismo, a las fuerzas más reaccionarias, es una trinchera de reserva para cuando la clase obrera se lanza a posiciones combativas. Si la posición de la clase obrera no es una posición fuertemente combativa, pues esas posiciones ultraconservadoras, es decir, fascistas, se desarrollan con mayor libertad. Por tanto, lo que está ocurriendo ahí son las contradicciones internas de los distintos estratos de la burguesía dentro de los llamados Estados-Nación. Y producto de eso, cuando el capital monopolista y todos los sectores oligárquicos necesitan acrecentar el proceso de proceso de concentración y centralización de capital, que significa un empobrecimiento de esos sectores de la pequeña y mediana burguesía que se sienten lesionados, buscan su propia expresión política. En ese escenario nosotros tenemos que valorar ese tipo de situaciones. Si la clase obrera no combate con firmeza esos movimientos que emergen ahí las consecuencias pueden ser nefastas, porque la oligarquía, sí que la va a utilizar contra la clase obrera en el momento que la clase obrera inicie una lucha más decidida por el poder.
¿Y cómo lo están combatiendo los cuadros del PCPE a las expresiones filofascistas, pero también a las expresiones de recomposición del capitalismo como sucede ahora con la segunda transición en España?
La posición del Partido Comunista de los Pueblos de España respecto al proyecto del imperialismo de la Unión Europea, es una posición clara y rotunda: Por la salida, por la desvinculación del Euro, de la Unión Europea y de la OTAN como su expresión militar. Esta siempre fue una posición histórica, desde su nacimiento, por parte del PCPE. Siempre estuvimos en contra de la incorporación de España en el mercado común, en su momento, actualmente la Unión Europea. En estos momentos y producto del trabajo político de masas que realiza el PCPE, la consigna de la salida del Euro, la Unión Europea y la OTAN, se convierte en un campo de deslinde con las organizaciones oportunistas, cuya propuesta se centra fundamentalmente en hacer del proyecto imperialista una Europa social, una Europa de los pueblos, una Europa democrática y por tanto eso lleva a echar humo a los ojos de la clase obrera. La posición del PCPE es una posición estratégicamente definida, confrontada con las posiciones del oportunismo, y llama a una claridad de la clase obrera en torno a esta consigna que es muy bien comprendida por el conjunto de los trabajadores y trabajadoras. En el escenario actual de la segunda transición que intenta la burguesía española y del proceso de la emergencia, que no se dio en España de esa manera tan significativa, pero que sí fuerzas de ultraderecha tuvieron un respaldo electoral que en ocasiones anteriores no tenían, la posición del PCPE es de combate, de lucha de masas. Lo cuadros del PCPE tienen una orientación, especialmente en los últimos años desde que estalla la crisis en el 2007, de salir permanentemente a la calle, estar en los centros de trabajo, en los barrios obreros;explicando directamente la propuesta del Partido, explicando la necesidad de la salida socialista; explicando la necesidad del poder obrero; haciendo una propuesta de política de alianzas sustentada en el Frente Obrero y Popular por el Socialismo, que es una alianza de la clase obrera con el conjunto de otros sectores populares con un programa político de transformaciones sociales que pasan por la nacionalización de la banca, la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía, sectores energéticos, la defensa del carácter público de la sanidad y de la educación, y su carácter gratuito. Es decir, todo un programa de lucha obrera y popular que tratamos de articular a través de los Comités para la Unidad Obrera, superando el fraccionamiento sindical que es nefasto para la lucha de la clase obrera en este país; pasando por encima de las distintas siglas sindicales, no haciéndole renunciar a las siglas que cada uno tenga sino constituyendo plataformas obreras que unifiquen a los trabajadores y trabajadoras, independientemente de sus su sigla sindical; y organizando comités populares en los barrios. Estamos haciendo un gran esfuerzo por avanzar en la creación de células en los centros de trabajo. Estamos haciendo campañas dirigidas específicamente a los grandes polígonos industriales, a los grandes centros de trabajo para fortalecer el carácter solidario del Partido y su inserción con la clase obrera. Entendemos que esta es la clave en la cual podemos combatir en los actuales sistemas de las clases dominantes y evidentemente eso da su resultado cuando se desarrolla. Precisamente son las organizaciones más combativas, las que aplican con más capacidad e iniciativa las políticas del Partido, las que obtienen mejores resultados; allá, donde la organización del Partido está más vinculada a la clase obrera y más vinculada a la lucha de masas en la calle. Por tanto esa es la línea estratégica a resolver. Nosotros estamos convencidos que las ilusiones reformistas enganchan a una parte de la clase obrera. Estas maniobras que se hacen desde la estructuras del poder. Son engaños de corto recorrido porque llevan a una desilusión rápida. Mientras, nosotros, estamos en un proceso de la lucha de clases con un crecimiento del Partido con un enorme interés, con una enorme expectativa, donde esta segunda transición va a suponer cambios significativos en el país, va a suponer enormes convulsiones sociales, enormes luchas de masas, en esas vamos a estar. Precisamente este sábado pasado en Canarias hubo unas movilizaciones impresionantes contra la utilización de prospecciones petrolíferas en el banco pesquero canario – sahariano. Y ese nivel de movilización y sensibilidad de las masas hacia un mayor protagonismo en la lucha social y política, es lo que se generan condiciones para que la política del PCPE vaya siendo más comprendida y asumida por sectores cada vez más amplios de la clase obrera.
LA LUCHA DEL PCPE
¿Cómo va respondiendo la clase obrera a la propuesta del PCPE, sobre todo frente a las visiones reformistas y aquellas que vienen del lado del Eurocomunismo?
Esa es una lucha fuerte en la cual el PCPE tiene un enorme protagonismo y que nos permite hoy decir, sin que sea un elemento de sobrevaloración, que hoy en las principales luchas obreras de este país, estamos presentes. Ahora mismo hay una huelga que ya pasa de siete meses en la planta de Cataluña de la empresa PANRICO donde desde el primer día hasta ahora, están presentes los cuadros del PCPE organizando la huelga junto con ese colectivo heroico en huelga. Se produjo en estos últimos meses una importante huelga de trabajadores de la Coca Cola en contra de la destitución de cientos de obreros y en esa huelga los cuadros del PCPE estuvimos ahí, en los piquetes a las cuatro de la mañana, impidiendo que salieran los camiones de reparto. En las huelgas de la minería estamos también avanzando con los cuadros del PCPE ya con estructuras organizativas de Partido. Y en otros sectores de la producción, en los que se están dando las luchas más importantes siempre se verá la presencia de los cuadros del Partido Comunista de los Pueblos de España. Ese es el camino que nos puede llevar, por la vía de la práctica de la lucha concreta de defensa de los intereses de la clase, al reconocimiento como Partido de la clase obrera y el reconocimiento de los obreros y las obreras en las filas del Partido. Estamos en esa parte importante, donde el esfuerzo del Partido está siendo intenso. Los cuadros están con una dedicación impresionante a toda la actividad militante, y en los próximos tiempos va a ser un reto extraordinario mantener la constancia, el pulso, y seguramente ir recogiendo los frutos de esa línea política. Ahí es donde se combate el reformismo. Al reformismo no se le combate sólo en el discurso político. No se le combate sólo desde la denuncia explícita de su incoherencia; sino que se le combate ganando presencia y protagonismo en la lucha diaria de la clase obrera, en los barrios obreros y populares; ahí es donde se le derrota al oportunismo, organizando a la clase obrera en torno a las consignas y propuestas del PCPE.
Camarada, para finalizar, ¿cuál sería tu mensaje a los comunistas del mundo, a los comunista de México, respecto a los puntos de inflexión sobre los que actualmente trabaja el PCPE?
En relación al Partido Comunista de México, evidentemente que nos sentimos un Partido hermano con el que compartimos muchas aspiraciones, pero sobre todo muchas luchas, muchos frentes de combate en todos los escenarios y en el proceso que tiene que darse en el movimiento comunista internacional , y que de alguna manera se está dando. Nosotros entendemos que toda esta situación que se da en el Estado español y que se da en el marco en la Unión Europa tiene un elemento de debilidad en el marco del desarrollo del movimiento comunista internacional. Hoy, este grado de agudización en las contradicciones del imperialismo, del grado de agotamiento de la condición socio-histórica capitalista, de las profundas dificultades que encuentra el capitalismo para sobrevivir, necesitaría de un movimiento comunista internacional fuerte, que fuera el referente orientador de las luchas generales de la clase obrera. Desgraciadamente, en estos momentos, esa opción dentro del movimiento comunista internacional no es la opción dominante, no es una opción fuerte que pueda ser visibilizada por la clase obrera. Nosotros aspiramos con el Partido Comunista de México, con los camaradas del Partido Comunista de Grecia, con los camaradas del Partido Comunista Brasileño, con muchos otros camaradas, organizaciones, con los cuales tenemos una enorme identificación en nuestros postulados ideológicos y políticos, a armar en la escena internacional un fuerte movimiento comunista sustentado en los principios del marxismo-leninismo, que juegue un papel activo y dirigente de la lucha internacional de la clase obrera. Ese proceso de unidad de las luchas de los trabajadores y trabajadoras de todos los países y lugares, cuente con la dirección de un movimiento comunista internacional fuertemente unificado y asentado en las categorías del socialismo científico que combata todas las visiones del oportunismo que tiene una alianza con la burguesía, para desviar la atención de la clase obrera, para desviarla de sus objetivos estratégicos revolucionarios. Nosotros vamos a trabajar fuertemente con todos los Partidos Comunistas hermanos con quienes compartamos estas acepciones, unidos, para hacer que este movimiento comunista internacional se convierta en una realidad. Sabemos que contamos con la enorme firmeza del Partido Comunista de México, con nuestros camaradas que con ellos haremos un largo recorrido y sumaremos energías para hacer un enorme esfuerzo en este proceso. Y en la medida que ese proceso avance, la clase obrera tendrá muchas mejores condiciones para desarrollarse hacia la victoria. Esa es nuestra aspiración y sabemos que vamos a estar juntos con nuestros camaradas mexicanos. Estamos deseosos de encontrarnos en las próximas ocasiones de encuentros internacionales para sumar esfuerzos y cambiar lo que hoy consideramos que es una debilidad del movimiento comunista internacional y llevarlo a un nivel de desarrollo superior, que es lo que la clase obrera no está exigiendo.
¿Qué opinas? Tu comentario es importante