por Fernanda Larrainzar*
Al finalizar los comicios del pasado 7 de octubre, el Consejo Nacional Electoral indicó que Hugo Chávez ganó la elección con 54.42% de los votos, mientras que el candidato opositor, Henrique Capriles obtuvo 44.97%.
Hasta el 4 de octubre, día de cierre de campaña, las principales calles y avenidas de las distintas ciudades, se pintaron de rojo para acompañar al candidato del Partido Comunista de Venezuela, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Gran Polo Patriótico.
Con ello la voluntad popular se hizo escuchar y respetar. Ni las amenazas de desestabilización, de intento de golpe de estado, ni las falsas promesas del candidato de la burguesía de dar continuidad a los programas populares de Chávez, ni la complicidad de la reacción nacional e internacional, lograron vencer en las urnas y en las calles al Comandante.
La gente se preguntaba ¿por qué votar por otro candidato si Chávez nos ha dado tanto? Y es cierto, con la Revolución Bolivariana se han logrado avances impresionantes, entre ellos numerosas misiones de alfabetización, la garantía del acceso a bienes que son de primera necesidad a precios subsidiados y la construcción masiva de viviendas populares.
Así como la expropiación y nacionalización de empresas e industrias estratégicas, demostrando de esta manera que se puede hacer frente al imperialismo. Además el sector salud no es un privilegio sino que es patrimonio de todos, igual que el acceso a la electricidad y el agua potable.
Los datos duros no mienten, los hogares en pobreza extrema han disminuido drásticamente, del 21% en 1998 al 7,1% en 2010. Venezuela tiene el salario mínimo más alto de América Latina y el Caribe. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Venezuela ocupa el puesto número 10 entre los pueblos mejor alimentados del mundo.
Además es el quinto país con el mayor porcentaje de matrícula universitaria a nivel internacional. Por si fuera poco la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) señaló que actualmente Venezuela tiene la menor desigualdad social de América Latina.
Todos estos avances son importantísimos porque el nivel de vida de las capas populares se ha incrementado, pero ello no quiere decir que el proceso político termine ahí. Como Partido Comunista y como pueblo hermano latinoamericano, reconocemos la necesidad de la radicalización y profundización del proceso revolucionario en Venezuela, apuntando al fortalecimiento de la construcción de poder popular como se ha venido haciendo.
Sin embargo la lucha de clases es evidente, el Estado sigue siendo un Estado burgués, todavía hay explotados y explotadores. Por ello la lucha debe continuar, dirigirse a la toma del poder por parte del proletariado, para que como clase dirija y administre el nuevo Estado. Solo de esta forma, con una economía centralizada y planificada, se podrá garantizar de una vez por todas la felicidad del pueblo venezolano, ya sin posibilidades de que la burguesía intente arrebatar nuevamente el poder.
El proceso político Bolivariano por su definición no conoce fronteras, es mas bien de carácter internacional. Es por eso que nos alegra el triunfo del Comandante Chávez, somos internacionalistas y nos corresponde abrazar los procesos revolucionarios de nuestros pueblos hermanos.
El espíritu libertador de Simón Bolívar vive y vivirá entre nosotros para siempre, hasta ver completado nuestro sueño de la Patria Grande y socialista.
* Secretaria del CR Morelos e integrante del CC del Partido Comunista de México
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