En Venezuela se juega el futuro de América, incluido Estados Unidos. Una victoria del Presidente Hugo Chávez Frías, no sólo será la continuación del proceso político bolivariano sino su profundización revolucionaria.

Chávez apuesta a la socialización de los medios de producción y el traslado del poder gubernamental al pueblo, a sus comunidades, pueblos y organizaciones, mediante las reformas del Poder Popular. Así, la Patria de Bolívar lograría convertirse en el tercer Estado realmente Socialista del mundo, luego de la construcción soviética de la URSS y la Revolución Cubana.

Sin embargo, no todo está ganado. Así como el Libertador Simón Bolívar tuvo que enfrentar a la corona española en la Batalla de Carabobo para independizar a Venezuela, Chávez y millardos y millardos de pueblo que le apoyan, han de acabar en las urnas con el intervencionismo estadounidense-sionista encarnado en la flaca figura de Henrique Capriles Radonski, que tiene como objetivo el mismo proyecto imperial de privatización de los recursos naturales, principalmente el petróleo, que impulsa mediante golpes e imposiciones en las democracias más débiles del Continente como la mexicana o la paraguaya.

Estados Unidos quiere, es más, necesita el petróleo venezolano. La crisis de sobreacumulación del capitalismo devalúa el dólar en Europa y Asia, y la economía geoestratégica gringa está siendo golpeada por las resistencias religiosas en oriente, y las políticas, en Latinoamerica. Desatar una tercera guerra mundial invadiendo a Irán vía Israel es una opción, la otra, continuar con su intervencionismo continental. Pero, Washington, en manos de los corporativos, sabe que para triunfar sobre América y asegurarse unos años más de saqueo, debe derrotar a Caracas, desde donde se iluminan los pueblos rebeldes desde el Río Bravo hasta la Patagonia.

Por eso la ha inyectado millones de dólares a Capriles. Ha protegido a los defraudadores y especuladores venezolanos que huyeron en los últimos doce años de Gobierno popular chavista. Desde ahí, controlan medios de comunicación tanto en Venezuela como en el resto del mundo que han apostado a ensalzar al candidato opositor, incluso, empatando su agenda editorial con la del aspirante republicano a la presidencia de EEUU, Mitt Romney.

Para la noche de este siete de octubre, el mundo sabrá que el futuro de América es la ruptura definitiva con el imperialismo. La victoria del Comando Carabobo es la paz en Colombia, la esperanza de México y el futuro latinoamericano. Además, inspirará a los pueblos del mundo que actualmente libran batallas contra el capitalismo que arraigan la crisis económica actual mediante recortes y medidas antisociales. Desde Caracas, correrá una luz hasta Atenas, Madrid, Lisboa y Estambul. La victoria de Chávez es una victoria de la humanidad frente al capitalismo.