Es la frase acuñada por un grupo contra-propagandístico al precandidato del PRI al 2012, Enrique Peña Nieto, que, por supuesto, alude a la pared de gel que yace sobre la cabeza del gobernador del Estado de México. Es una campaña suelta a través de las principales redes sociales de internet, en donde se exponen perfiles del prohombre tricolor como sus fotografías al lado del sonriente Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevalles, autores de la tragedia económica nacional. “Estamos hasta el copete” es un grito de alerta ante la posibilidad de que este oscuro personaje llegue a la primera comandancia de México, iluminado en horario estelar con el dinero de Televisa. De tal manera, que ya mandó a su Congreso local a torcer la Constitución para evitar una coalición opositora entre el PAN y el PRD que, a posteriori, significara su derrota presidencial anticipada sobre la flagrante pérdida del feudo que le heredó su tío, Arturo Montiel, en la casa grande de Toluca. Con esa consigna llega el Bicentenario. Una solicitud de auxilio a los héroes que valían más por el sudor en su frente que por la sangrienta escena que los precede.