Nunca se le olvide que la crisis del capitalismo es culpa del capitalismo. Exija justicia alimentaria. Siempre mantenga la esperanza que un sol rojo amanece en el porvenir. Trabaje duro, y si no tiene, invénteselo: el trabajo es el alimento del comunista. No tenga miedo en empeñar sus propiedades: el que nada tiene, no teme a darlo todo por su causa. Aproveche los pocos servicios y bienes socializados del Estado. Sea solidario. Reúnase con sus camaradas y cree comunas autogestionarias. Cada vez que algo le falte, alimente su fervor revolucionario. No ceje en su activismo político. Apague la tele, dese tiempo para el arte. Si la fe se apaga, prenda el amor. Comparta lo que tiene, y lo que no, también. No se deje amedrentar por el enemigo. Cultive un huerto en casa. Desayune y cene amaranto. Una crisis sin entretenimiento capitalista es una bella oportunidad para los libros. Y sobre todo: Tenga presente que el comunismo es una teoría filosófica, política y económica: En medio de una crisis capitalista, aplicar sus premisas en la vida cotidiana resulta en el mejor manual de sobrevivencia . Pero sobre todo, no descuide su frente de batalla en la lucha de clases. La única salida a la crisis está en la revolución.
Consejos para un comunista en crisis
3 respuestas a “Consejos para un comunista en crisis”
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Lo triste es leer que en Latinoamérica todavía quedan dinosaurios que creen en el Socialismo de Estado. Igual pudieran creer en los UFOS y la transmigración de las almas. O votar en las elecciones por el pato Donald, como en la Suecia socialista (caminando hacia afuera).
Pienso, porque existo y gracias a Dios (creo en él) el socialismo autoritario no ha conseguido convencerme a golpes y terrorismo sicológico (como en Cuba) para que ya no piense y repita el LP que ya no funciona en los reproductores de CD.
La dicotomía entre Socialismo y Capitalismo ya no existe amigos. El primero por muerte esclerótica y por adopción de las reglas del mercado (como en China). El segundo por la adopción del aporte de los socialistas marxistas que con sus críticas bien fundamentadas, han introducido el concepto de Sociedad de bienestar social. ¿Dónde está la frontera entre ambos sistemas hoy día? Apenas se nota, y los socialistas británicos, franceses, españoles, italianos, suecos y obamistas americanos, CONSTRUYEN sus sociedades a partir de las realidades: la gente COME,cada día. Se viste, duerme, folla, hace hijos, los envía a la escuela, los prepara para su propio futuro. Siento decirlo, pero ya no valen los romanticismos revolucionarios del siglo XIX porque todo ese heroismo inútil sólo trajo dolor, derramamiento de sangre, tensiones, odios entre hermanos, desesperación y millones de vidas y carreras truncadas. Que algunos sueñen con el comunismo marxista (hay y hubo comunismo primitivo) no es más que sueños, como los de Quevedo.
En un cuento aún no terminado por tener que dedicarme a escribir libros de ciencias políticas y economía, encontré la respuesta. Se titula EL COMUNISMO EN LA CONSTELACION DE ALFA CENTAURO. !Allí hay comunismo y del verdadero! ¿Saben por qué? Porque el trabajo ya no lo hacen los seres humanos sino los robots. Como allí no hay lìderes pillines que les inciten a las huelgas salvajes y destructivas de la economía nacional, pues allí todos viven del Estado, que es el organo necesario para coordinar la producción totalmente automatizada y bien planificada. Quiero decir, falta que pasen 100 a 200 años más para que esa realidad robótica se haga realidad. En ese caso no tendrá ninguna imñportancia si es el Estado el coordinador de la producción, distribución y comercialización, o una comnputadora.
¿No es in lindo sueño?
Profesor CMedinadeRebolledo@yahoo.seMe gustaMe gusta
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Muy buena zatira en esta columna, gracias al consciente politizado hay una nueva esperanza que lleva por nombre Socialismo del Siglo XXI y de sobra queda recomendarla al Orate que comentó antes de mi.
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la división del trabajo trajo consigo una serie de problemas económicos, a saber: ¿Qué producir? ¿Cuánto producir de cada cosa? ¿A qué tasas de cambio intercambiar unas cosas por otras (los precios)? ¿Cuántos se dedicarán a cada actividad?, etc. Hay dos formas de resolver estos problemas (hasta ahora no se han inventado otras): 1a) El mercado: la oferta y la demanda interactuando resuelven todos esos problemas de manera muy eficiente, aunque tenga sus inconvenientes, y 2a) La planificación centralizada: se nombra una autoridad, el Gobierno, y éste decide sobre todos esos problemas. La primera de las formas está ligada a la propiedad privada de los medios de producción, y la segunda ligada a la propiedad colectiva de dichos medios. Y allí tenemos los dos sistemas existentes: capitalismo y comunismo.
¿Cuál escoger? Ninguno es perfecto. El comunismo es más equitativo (que no más justo) en el reparto de lo poco que hay, pero es muy ineficiente e improductivo; el capitalismo produce mucho más. Veamos unas cifras. Cuando cae el muro de Berlín, a comienzos de los noventa, y los países comunistas, obstinados de su comunismo, se abrieron a prácticas capitalistas, el PIB promedio anual per cápita de los países de Europa comunista era de $2.000 por año, después de bastantes años de comunismo. El de los países capitalistas era de 23.000. Es decir, no estamos hablando de un 30 o un 90 % más; estamos hablando de ONCE VECES Y MEDIA. ¿Que quiere decir esto? Pues muy simple: que los habitantes de los países capitalistas consumían 11,5 veces más cosas que los de los países comunistas. ¿Los habitantes de Francia, Alemania, Italia, etc., son once veces y media más inteligentes que los rusos, los checos y los húngaros? Claro que no, el problema es el sistema. Para el 2007, los países capitalistas producían $38.000 y los países comunistas, de 2.000 15 años atrás, pasaron a 12.000, seis veces más. ¿A que se debe ese gran aumento de la producción y el consumo? Evidentemente, a la adopción de prácticas capitalistas.
¿El capitalismo no tiene problemas? Claro que sí; pero para eso están los gobiernos, para llevarlos a un mínimo: los gobiernos deben evitar abusos de los empresarios con los trabajadores, el ambiente, los clientes, etc. Los países de la que era y sigue siendo la Europa capitalista, tienen una gran vocación y prácticas socialistas. Hay educación gratuita de alta calidad para todos, la salud es gratuita y excelente, la protección social contra el desempleo es amplísima, el cuido y las pensiones de los ancianos son extraordinarios, etc. No se necesita el comunismo para tener vocación socialista.
El comunismo NO SIRVE. Así lo prueban los países que lo aplicaron por cerca de un siglo y renegaron de él. ¿Vamos a ir nosotros a un sistema del cual un tercio del mundo se apartó por ser tremendamente ineficiente? Tendríamos que ser bien torpes para ello.
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