Una constante mediática durante la campaña presidencial del 2006, era maquillar la presencia de Andrés Manuel López Obrador en la agenda que irremediablemente marcaba, llamándole el “Sr. López”, con pretensiones despectivas. Ahora mismo le sucede a Xóchitl Gálvez Ruíz, férrea candidata a la gubernatura de Hidalgo y con amplias posibilidades de llegar a ella transitando más de 80 años de totalitarismo priísta. Cierta edición hidalguense de un diario de origen salinista, día tras día insiste en denominar a la inminente candidata de la alianza “Hidalgo Nos Une” refiriéndose a ella como Berta X. Gálvez, aduciendo, en primer término, su nombre inicial, evitando el “Xóchitl” que es conocido y cúlmen de su eslogan electoral “Ahí viene Xóchitl…”. Tanto el “Sr. López” como “Bertha X. Gálvez” son epítetos que aspiran a ser sahirientes para minar la propaganda –acaso la existencia misma-, de los portadores de una amenaza al hilo de privilegios que construyen el aparato de poder del cual maman sendos diaristas. Amenazados, salen a hacer el ridículo epistemológico sin ver que, al mismo tiempo, les hacen flaco favor a sus pagadores.